El presidente Obama no se veía tan seguro en el continum del discurso. Conocía tan bien el alma humana que sabía lo que tan atrozmente podrían llegar a pensar de él en la vanidad. Finalmente hizo una pausa, carraspeó, y escupió lo impensable con la voz haciendo olas: "Y finalmente, quiero pedir al pueblo Argentino y a todo el mundo las humildes disculpas que corresponden por la muerte de Ernesto Sabato... y bueh, nos equivocamos de túnel".
Gracias Ernesto!!!
lunes, 2 de mayo de 2011
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